Buenas Prácticas Educativas

Miércoles 22 de Julio, 2020

¿Qué es una buena práctica educativa?

Es una experiencia ejemplificadora o modelo que, a partir de una iniciativa, replantea una o más actividades en el ámbito educacional y/o rediseña una estrategia o enfoque, logrando exitosamente un resultado deseado de manera confiable, fortaleciendo las capacidades de la comunidad educativa, mejorando los procesos de aprendizaje e impactando en los resultados educativos de los alumnos.

En términos generales una buena práctica se caracteriza por desarrollar soluciones innovadoras ante un problema, dificultad u oportunidad de mejora, que permite reconocer una nueva forma de actuación en un ámbito, dimensión, función o tarea que se desarrolla en una comunidad educativa, que es sostenible en el tiempo y duradera, en tanto es posible mantenerla considerando las condiciones del entorno, y que demuestra su eficacia a través de efectos positivos concretos, constituyendo una actuación factible de ser recreada, escalada e institucionalizada por otros establecimientos educacionales.  

¿Qué es necesario tener en cuenta para transmitir una buena práctica?

Para que una buena práctica resulte interesante de conocer para otras comunidades, es necesario explicar y comunicar de forma contextualizada su desarrollo, de manera que se comprenda su origen, finalidad específica y resultados, en ese sentido es necesario que la experiencia se describa en forma sintética pero detallando los aspectos relevantes en torno a la toma de decisiones que implicó, su evolución y las dificultades que se debió resolver en el proceso, con el objetivo que quien la replique comprenda las circunstancias de la experiencia, su flujo de acciones y los aspectos críticos que debe considerar.

¿Por qué estar atenta/o a las buenas prácticas de otros liceos?

Plantearse replicar una buena práctica implica diversos beneficios, tales como anticipar dificultades, tomar decisiones previas respecto de las capacidades necesarias para implementar y obtener resultados, evitar errores y ahorrar tiempo. Para esto es necesario estar atentos a los elementos que permitieron el éxito de la experiencia, los aspectos que no funcionaron y los obstáculos de índole cultural que puedan constituir problemas compartidos, promoviendo el pensamiento crítico en torno a su implementación, y finalmente reflexionar sobre la práctica para reinterpretar sus aspectos clave considerando el propio contexto.

La invitación para los Liceos Bicentenario de Excelencia es a conocer las iniciativas que constituyen buenas prácticas, y difundir aquellas que en su experiencia respondan de forma pertinente a un problema, que aporten al logro de los propósitos establecidos por los equipos directivos y que han logrado efectos positivos en el aprendizaje de los estudiantes. Es relevante para el nivel de educación media que estas buenas prácticas puedan ser adaptadas en diferentes Liceos Bicentenario de Excelencia, generando así nuevas experiencias de mejora en la diversidad de contextos y territorios.


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