Padrinos y ahijados de lectura

Martes 18 de Agosto, 2020
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Liceo Bicentenario Pablo Neruda, Parral

Descripción

La práctica consiste en que los niños de octavo básico apadrinan a niños de segundo básico en su proceso de lectura. Para ejecutar esta iniciativa, el Liceo Bicentenario utilizó el software “Aprendiendo a leer con Bartolo” que está disponible en Aprendo en Línea.

Las profesoras jefes se pusieron de acuerdo para ver cuáles eran los niños de segundo básico que más necesitaban ayuda y les asignaron estudiantes de octavo, que estuvieran más avanzados. A los alumnos que presentaban menos dificultades igual se les asignó un tutor. Se les dio una sesión de inducción a los octavos básicos para explicar cómo funcionaba el programa y cómo se realizaría el trabajo. Luego de ello, los niños de octavo llamaron a sus ahijados asignados y se pusieron de acuerdo con sus padres para realizar las sesiones de trabajo. Hay muchos valores que se ponen en práctica durante este proceso. Los niños de octavo se sienten responsables de sus ahijados y establecen un lazo de amistad que, dentro de la pandemia, es un excelente método para olvidar por un momento lo que está sucediendo, a través de los juegos y lecturas.

Objetivo

El objetivo de esta práctica es cultivar la lectura, pues los niños de segundo básico sólo habían tenido 15 días de clases presenciales y era importante buscar un sistema para poder incrementar la lectura y a través de las tutorías los niños y niñas de segundo se sentirían más en confianza. Además, los estudiantes de octavo aprenden habilidades blandas como lo son la conversación, en primera instancia con los padres de su ahijado para presentarse.

La responsable de la puesta en marcha de esta iniciativa es Pamela Maureira Bravo, Mentora del departamento de Lenguaje.

Impacto

Esta práctica beneficia a los niños y niñas de segundo, a los niños de 8vo, y a sus familias, que están al tanto de dicho proyecto. En general, beneficia a toda la comunidad educativa del liceo. Incluso a la profesora de segundo básico, pues los niños de octavo iban adelantando en la lectura a sus estudiantes, por tanto su trabajo se va homogenizando de a poco.

Se ha visto un impacto positivo en los alumnos de octavo, que eran muy tímidos y nunca imaginaron enseñar a un niño de segundo. También en las familias, que están felices al ver los cambios, en los niños de segundo básico, que de a poco van adquiriendo la habilidad lectora. En general, los apoderados han demostrado la felicidad de los niños de segundo esperando a sus compañeros de octavo para realizar sus sesiones, en donde ríen y aprende, ya que a medida que va pasando el tiempo establecen lazos de amistad y confianza. Además, la autoestima de alumnos de octavo va creciendo y en los de segundo su seguridad ante la lectura también. De hecho, hay cartas de agradecimiento de los ahijados a sus padrinos, padres contentos… en fin, una comunidad feliz bajo el alero de la lectura.

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